El cubano tiene el riguroso deber de grabar en un modelo patri�tico indeleble que represente el colosal esfuerzo de todos los cubanos que dentro y fuera de Cuba, interpretan los mejores esfuerzos por reivindicar los valores por los que lucharon los arquitectos de la naci�n cubana.
En el exilio, es nuestros deber actuar como resonancia de los problemas nacionales y de la lucha que afectan a los nuestros all� dentro de Cuba. En funci�n de tal principio a pesar de que no tuve acceso a ninguna informaci�n sobre el evento, trascendi� lo siguiente: el 24 de febrero pr�ximo pasado hubo de celebrarse en San Francisco, una conferencia sobre comercio con Cuba, organizado por un grupo de hombres de negocios de los EEUU. A dicha actividad asistieron Frank Calz�n y Arcibiades Hidalgo como panelistas y tambi�n Arnaldo de Armas quienes levantaron la voz all� para contestar preguntas de por qu� los d�lares de los hombres libres no deben financiar el crimen contra Cuba y los cubanos. Si todos nos pusi�ramos de acuerdo para actuar juntos contra la idea de los que tratan de camuflar la manera de ayudar a la tiran�a, cosechar�amos m�s beneficioso para la libertad de Cuba. Pero a�n tenemos un eslab�n perdido de la manera c�mo vamos a aplicar aquella ense�anza del mon�logo de Lope de Vega, cuando dijo: Fueteovejauna todos a una.
Por otra parte a estas alturas de la tenebrosa historia de Fidel Castro en Cuba, que empresarios norteamericanos se reunieron para hablar de los beneficios que representar�a hacer negocios con la tiran�a de Fidel Castro, nos parece adem�s de una gran idiotez un gran insulto y una falta de respeto a la inteligencia del cubano. Al tiempo que ignorar la lucha de los hombres y mujeres que han muerto y que languidecen en las prisiones cubanas por forjar un estado de derecho para todos.
Adem�s levantar las sanciones econ�micas a la tiran�a no va a convertir a Castro en un tirano menos sanguinario.
Hoy ya no se trata de fraguar subterr�neamente el desgaste y la destrucci�n de la tiran�a cubana. Ya no importa tanto a estas alturas de la lucha los esbirros de la Seguridad del Estado. Los elementos que luchan por la libertad han cobrado una magnitud diferente, una direcci�n y un enfoque que coloca a los luchadores por la libertad en la superficie. Esta ha sido una metamorfosis casi imperceptible tanto para la tiran�a como para el pueblo cubano. All� en a La Habana, est�n en la superficie marchando por las calles un grupo numeroso de mujeres vestidas de blanco demandando la liberaci�n de sus valientes esposos confinados en las erg�stulas de la tiran�as. �Pueblo cubano!, unirnos a ellas en solidaridad es la palabra de orden.
Tambi�n all� en La Habana, hay un grupos de valientes hombres y mujeres que no est�n escondidos en un s�tano ni llevando a cabo reuniones secretas fuera de las garras de los esbirros de la Seguridad del Estados. Por el contrario estos valientes est�n en la superficie convocando a una reuni�n para el 20 de Mayo. Esta es la fecha oportuna para demostrar: que a Cuba quien la defiende la quiere m�s. El CID, desde este espacio respalda categ�ricamente el esfuerzo de los que ha llamado a congregarse para hablar de Cuba y su libertad. Es nuestro deber darle el soporte a quienes no le temen al tigre de papel que representa Fidel Castro y su aparato represivo.
Es hora ya de que el pueblo cubano condene en las calles esas luchas ruines, cruentas y demag�gicas, llenas de odios y dramatismos hacia los EEUU y su Presidente electo por el pueblo.
Son intructuosos los esfuerzos del anciano d�spota por levantar el entusiasmo entre los suyos. Ya el tirano se le acab� el tiempo. No tiene ni la voz, ni la edad, ni el carisma, ni capacidad. Adem�s ha perdido la mente. Todos estos factores se hicieron evidente una vez m�s ante las c�maras de la televisi�n nacional, cuando en un gesto teatral trat� de atacar al Presidente de los EEUU., y ni siquiera se pudo acordarse del nombre del hombre m�s importante del mundo. En ese momento tuvo que volverse hacia algunos de sus secuaces quienes los asistieron d�ndole el nombre del presidente Gorge W. Bush, nombre que repiti� el tirano de una forma vacilante y confusa. Mr. Bush, quien es el enemigo n�mero uno de las dictaduras y por consiguiente de Castro, quien tiene muy buenas razones para odiarlo con pasi�n.
Es un hecho degradante y lleno de verg�enza para los que sostienen ese anciano demencial en el poder. Adornado s�lo con las aptitudes que lo califican para el cementerio o para un asilo de ancianos con tratamiento psiqui�trico.
Al ej�rcito cubano y los miembros del Ministerio del Interior y dem�s cuerpos armados de la rep�blica, les decimos que todos tienen la responsabilidad de preservar las ideas de Jos� Mart� y de los fundadores de la naci�n cubana.
Sin ambages afirmamos que no sentimos ning�n respeto y consideramos tambi�n responsables a quienes se cruzan de brazos y se ocultan tras la cobard�a para seguir dejando que Castro siga descuartizando a Cuba.
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